Emelina Morillo

Emelina Morillo

jueves, 3 de enero de 2008

¿Participativa o Representativa?

Opinión Margarita López Maya Últimas Noticias
¿Participativa o representativa?

La Constitución de 1999 estableció para Venezuela una "democracia participativa y protagónica", concebida como una combinación de democracia representativa y directa. Se incorporaron al texto constitucional diversos instrumentos políticos para la participación directa como los referendos, las asambleas ciudadanas, los revocatorios. Para la participación en las esferas social y económica, entre otras, se elevaron de rango las cooperativas, y formas asociativas guiadas por valores como la solidaridad y el mutuo apoyo. La Carta Magna mantuvo los mecanismos de la democracia representativa: el voto universal, directo y secreto para máximos cargos públicos, los partidos y la competencia partidaria, la alternancia en los cargos y el Poder Legislativo, por excelencia representante de la soberanía popular. Esta combinación de representación con participación directa es bastante novedosa como modelo democrático, y ha suscitado interés y expectativas entre diversos sectores progresistas dentro y fuera del país, sobre todo dado el fracaso del socialismo del siglo XX con su modelo de partido úni co, piramidal y burocrático. Sin embargo, los venezolanos siguen mostrando una fuerte desconfianza en la democracia representativa, en especial hacia los partidos por su desastrosa actuación en el pasado. Por desgracia, los nuevos partidos han demostrado pocas virtudes para remontar ese rechazo. En consecuencia, se extiende cada vez más entre ciudadanos y dirigentes de distintas tendencias políticas la idea de que la representación no hace falta, y que lo que debemos procurar es seguir ahondando la democracia participativa. En días recientes, en lo que parece ir en esa dirección, la presidenta de la Asamblea Nacional propuso constituir un sexto poder llamado "Poder Popular". Curiosamente, ella parece que no se considera suficientemente representante del pueblo que la eligió mediante el voto. ¿Cómo va a elegirse ese otro poder? ¿Quién representará allí a lo popular? En sociedades numerosas y complejas como las nuestras, la representación es imprescindible. No existe posibilidad alguna de que todos los ciudadanos se ocupen de todos los asuntos del Estado. Asam bleas en poliedros, estadios, plazas o parques son sin duda muy convenientes para ampliar la consulta democrática, y pudiesen corregir y contro lar la acción de funcionarios públicos y militantes de los partidos, pero no los sustituyen. Los miembros de los cuerpos legislativos han sido elec tos para atender permanentemente y con visión de conjunto el rumbo de la sociedad. Ellos representan la pluralidad de intereses, y ejercitan el diálogo y la construcción de posibles consensos. Movimientos sociales y organizaciones populares tienen identidades y visiones parciales, ellos luchan por sus derechos particulares. Por eso, la combinación de representación y participación garantiza una complementación de lo particular con lo general que ahonda la calidad democrática y cultiva la convivencia en paz. La construcción de "otra" democracia no puede sacrificar la democracia representativa. Como lo asentó la Constitución, debe corregirla y reforzarla con variados instrumentos de participación directa. Consultas masivas, como la recientemente hecha para la ley de Reforma Policial, o el llamado "parlamentarismo de calle", profundizan nuestra democracia en la dirección correcta. Sin embargo, ninguna sociedad con millones de ciudadanos puede creer que esos mecanismos reemplazan la representación plural obtenida del sufragio universal.

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