Emelina Morillo

Emelina Morillo

sábado, 22 de septiembre de 2007

“Sí mi comandante” . Por:William Rodríguez

“Sí mi comandante”

William Rodríguez


DESDE PUERTO LA CRUZ.- La Asamblea Nacional pisó el acelerador para aprobar la Reforma Constitucional en tercera discusión y someterla posteriormente a referéndum.

El proceso de consulta de la reforma no ha logrado trascender del mero campo mediático, los más recientes estudios de opinión de las diversa encuestadoras reflejan cifras dramáticas en relación al porcentaje de la población que manifiesta desconocer el contenido de la reforma, en dichos estudios este porcentaje se mueve en una banda entre un 70% y un 80% máximo.

Si a este altísimo porcentaje lo analizamos junto a otro que también es sumamente preocupante, un 19% que no opina o no contesta, es claro concluir que el proceso de consulta no está muy bien.

La poca difusión del proyecto explica el alto porcentaje que afirma desconocer la reforma y el altísimo porcentaje que no contesta puede estar reflejando una clara tendencia de abstención o de miedo a opinar, ambas premisas ponen de manifiesto desafíos que deben afrontar quienes aspiran construir una verdadera democracia participativa y protagónica, de lo contrario se está actuando desde una perspectiva hipócrita y falaz, más aún cuando se aspira con este proceso avanzar en la conformación del poder popular. Hoy en día sabemos que con ignorancia y fanatismo no se construye nada sólido y auto sustentable.

Por otra parte la decisión de tener que votar en bloque la reforma es un insulto a la inteligencia, una vulgar maniobra que descalifica el debate y la discusión y que no dudo de calificar de errónea, que no permite construir consensos y convertir a este proceso de consulta en un amplio escenario de discusión en el seno del pueblo, que estremezca todos los estratos sociales y produzca una importante movilización en la definición del país que queremos, del modelo político y económico que deseamos dejar como legado a nuestros hijos y a las futuras generaciones.

Especial mención quiero hacer a Ramón Martinez y a Ismael García, quienes decidieron romper con el “Sí mi comandante” y han fijado una posición que califico de sensata y de mucha valentía política y revolucionaria. El culto a la personalidad, grave defecto de este proceso, históricamente sólo ha servido para engendrar grandes violaciones a los derechos humanos, en especial en contra de quienes se atreven a ejercer el derecho revolucionario de la crítica y de la autocrítica.

No es ético ni revolucionario que quienes deben asumir la conducción del debate sean los primeros en querer descalificar, no los planteamientos que Podemos como partido político está realizando sino a sus principales líderes; algunos de estos neorrevolucionarios y militares políticos se olvidan que hay revolucionarios cuya historia por si sola merece respeto, Ramón Martínez no viene de la derecha, viene del viejo Partido Comunista de Venezuela, fue electo Gobernador de Sucre como candidato del MAS por su propio liderazgo antes de que Hugo figurara como candidato, y durante el golpe petrolero fue el único gobernador que nuestro querido presidente acreditó con amplios poderes para mover buques y tomar instalaciones petroleras; varias veces me correspondió reunirme con él en esos angustiosos días y debo confesarles que me impresionó su humildad y firmeza en esos tiempos difíciles que padeció la Patria.

No necesitamos rendirle culto a la personalidad, lo que necesitamos es una dirección revolucionaria que pueda decirle cuándo se equivoca sin temor a ser descalificados o destituidos.

14deabrir@gmail.com

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