Emelina Morillo

Emelina Morillo

sábado, 14 de abril de 2007

El General Ramón Guillén Dávila (II)

El general Ramón Guillén Dávila (II)


El general retirado Ramón Guillén Dávila en un juicio que se ventiló en una corte federal, en Miami, por el extravío de 296 kilos de cocaína, en una entrega controlada, compareció en la Embajada de Estados Unidos ante el fiscal federal de ese país, Pat Sullivan, además de Guillén Dávila, acudió a la sede diplomática el abogado defensor de Adolfo Romero, detenido en el Estado de Florida por el mismo caso. El profesional del Derecho había solicitado la declaración del oficial retirado.
Guillén reiteró su inocencia y explicó detenidamente las razones por las cuales se dirigió, sin tener obligación de hacerlo, a la embajada estadounidense:
'La primera, porque no tengo nada que ocultar; la segunda, porque según la defensa de Romero Gómez mi declaración era importante para él; la tercera, para dejar sentado en el expediente que todo este proceso impulsado por sectores sórdidos de la DEA no tiene otro fin que encubrir a funcionarios de ese organismo que se apoderaron de 296 kilos de cocaína, en el caso de la entrega controlada de 602 kilos en Miami, en noviembre de 1990; la cuarta, para poner al descubierto a los funcionarios de la Disip y del servicio consular venezolano que desde 1984 y hasta 1993 se lucraron hasta la saciedad en combinación con funcionarios del Servicio de Aduanas de Estados Unidos, mediante el cobro de recompensas por falsas entregas vigiladas que nunca produjeron un arresto en Venezuela; la quinta, para señalarle al jurado y al juez de la causa en Estados Unidos, que es en la DEA y en el Servicio de Aduanas de Estados Unidos a donde deben buscar a los cómplices de los narcotraficantes'.
Para el ex jefe del Comando Antidrogas de la Guardia Nacional, la causa del extravío de parte de la entrega vigilada, radica en la 'guerra a muerte entre la DEA y la CIA'.
Tanto él como 'un tombo raso cubano de la Policía de Miami, de apellido Fernández', fueron los chivos expiatorios en este caso.
Asimismo, denunció que los fiscales generales que llevan este caso presentaron como testigos a todo un elenco de convictos, que se encuentran cumpliendo sentencia en Estados Unidos por tráfico de drogas y delitos conexos'. Igualmente entre los testigos hubo ex funcionarios de la DEA y la CIA que han negociado su reincorporación a esos servicios o su libertad a cambio de complacer los deseos de estas dos instituciones'.
El oficial alertó en ese momento que Estados Unidos pretende convertir a los países latinoamericanos en el patio trasero de la gran potencia del Norte, en la lucha contra las drogas.

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